Hoy 30 de junio, se cumplen 40 años de la entrega de IFNI a Marruecos, efectuada este mismo día del año 1969, en cumplimiento de lo pactado en el llamado Tratado de Retrocesión firmado en Fez el 4 de enero de 1969. Santa Cruz de la Mar Pequeña era el sugestivo nombre de un establecimiento español ubicado en un impreciso lugar de la costa occidental africana, fundado en 1476, y vinculado directamente a la incorporación de las Islas Canarias a la Corona de Castilla. Las razones de la permanencia española en la costa occidental africana hay que buscarlas tanto en motivos económicos como defensivos de la piratería berberisca. En el Tratado de Cintra de 1509 ya se decía que «La Torre de Santa Cruz que está en la Mar Pequeña y es de Castilla y debe quedarle». Dicho establecimiento sufrió los embates y combates de la Berbería, de manera que en 1524 cayó en manos de los Xerifes.

Con motivo del Tratado de Wad-Ras de 1860, los empresarios canarios presionaron y convencieron a su paisano, el general tinerfeño O'Donell, para que se incluyera en el mismo una cláusula en la que se establecía que «SM Marroquí se obliga a conceder a perpetuidad a SM Católica en la costa del Océano junto a Santa Cruz la Pequeña el territorio suficiente para la formación de un establecimiento de pesquería como el que España tuvo allí antiguamente». La ocupación efectiva se retrasó hasta el año 1934, año en que el coronel Capaz en nombre de la II República Española, toma posesión de una parte de la costa donde se presumía, sin seguridad de ello, que podría tratarse del lugar donde se ubicó Santa Cruz de la Mar Pequeña.

En este caso, la ocupación de Ifni -y la del Sahara también-, es ajena en todo punto a un hipotético militarismo africanista y colonialista, ya que se trató de una iniciativa eminentemente civil y económica, propiciada por comerciantes canarios, quienes siempre han tenido puesta -y la siguen teniendo-, su proyección empresarial en la costa occidental africana. Fue el gobierno de la II República, y no la monarquía ni la dictadura de Primo de Rivera, quien ocupó efectivamente la nueva colonia, de tal manera que el laicismo imperante en aquella época (véase el Boletín de la Sociedad Geográfica LXXXIV) impidió la histórica denominación de Santa Cruz de la Mar Pequeña, prefiriéndose el nombre árabe de Ifni. El general Franco quiso, pero no supo evitar la guerra de Ifni; tampoco pudo concluirla con éxito, y en virtud del Tratado de Angra de Cintra de 1958, cedió a Marruecos Cabo Juby, la actual provincia de Tarfaya, que no es mas que la zona norte del Sahara Occidental, donde el Sultán de Marruecos nunca tuvo jurisdicción. De facto, se renunció a Ifni, ya que la ocupación efectiva quedó vergonzosamente reducida a poco más que a su capital, quedando muy maltrecha la reputación y credibilidad españolas. Estas líneas son un modesto recuerdo 40 años mas tarde para los que allí cumplieron con su deber, y especialmente para los cerca de mil españoles muertos, heridos o desaparecidos en una guerra que el general Franco silenció, y que el actual gobierno tampoco ha querido recordar. El conflicto de Ifni-Sahara de 1958 tuvo su origen en una decisión política de la Monarquía Isabelina y en una efectiva ocupación de la II República, aunque se desencadenó bajo el gobierno del general Franco. Los españoles que allí lucharon, no lo hicieron por Franco, de la misma manera que los españoles que ahora arriesgan su vida en Afganistán no lo hacen por el Gobierno actual. Todos ellos, antes y ahora, lo hicieron y lo hacen, en cumplimiento de su deber y en defensa de los intereses de España. Mientras esto no lo tengamos claro, algo fallará en nuestra conciencia nacional.